sábado, 17 de mayo de 2025

Asesinato y adolescencia

 A finales de octubre del año pasado, conocí a A. Mi tía, que abusó sexualmente de mi cuando tenía 12 años, acababa de fallecer y yo estaba completamente hundida, la angustia me invadía de tal forma que no veía los muros, las luces, ni las palmeras. Estaba completamente loca. Yo. 

Detrás de la barra de un bar, en el me había cruzado en la puerta con F, dónde ocurría la fiesta fin de rodaje de una peli española, estaba A. Primero pensamos en que fuera mi profesor de escritura y le di mi móvil. me dijo: te voy a llamar.

- Sólo si te quieres casar y tener hijos.

Alto, rubio, grande, ojos azules, manos de terciopelo y voz de contrabajo. 

Amor remoto: "la agitación violenta de las aguas del amor a consecuencia de una sacudida del fondo, que a veces se propaga hasta las costillas dando lugar a inundaciones".

Así nos sentimos los dos. 

"Almu, no te he sabido contestar en el momento a tu mensaje, y la llamada mañanera, tremenda salida de tono. Estoy contigo, ha sido puro, doloroso y muy mágico. Por lo menos de esta parte. He llegado a niveles de amor y dulzura contigo impronunciables. Pero lo que dura una bengala. También ha sido un dolor tras otro, un dolor que ha acabado nuestro espacio, el real y el posible. Una locura que ha levantado cosas feísimas y que traje yo. Fui yo y te pido perdón. Te pido perdón porque lo marcó todo desde el principio y fue una interferencia constante a la energía tan única y preciosa que empezamos a crear y que duró tan poco. Esa energía soñada que estuve intentando desenterrar hasta el final con una mano con una mano de día mientras echaba tierra con la otra de noche. No he parado de interrumpir el amor. Interrupciones a todo lo especial que pasaba, parando y rebobinando nuestra historia una y otra vez, en bucle, hasta el mareo, los vómitos incluso. Qué desastre, qué torpe. Pero si pienso en la palabra idilio, Almu, no lo dudo, pienso en esas semanas nuestras. Madre mía. Pero todo lo demás, creo que yo tenía que habérnoslo ahorrado todo desde el 22 de diciembre. Yo supe desde el flechazo que no entraba en la relación en condiciones de igualdad contigo, a toda una serie de niveles que el machismo soterrado mío y mi neura gestionó desde la frustración y el sentimiento de inferioridad, que unido al deseo de conquistarte y deslumbrarte no supe gestionarlo, y de ahí la invasión, las prisas, los celos, los exabruptos, las fantasías, la avidez en la cama, la tardanza cansina de mis orgasmos, el sexo que creé, que se creó. Y desde ahí todo lo demás. para alguien como yo todavía en proceso todavía de autorrealización y reconstrucción, queroseno. Es como tu dices, no tiene solución. No te quería mandar un tocho pero necesitaba explicarme y retransmitirte todo el amor y la positividad que me ha quedado, después de filtrarlo todo. Eres maravillosa. Gracias por andar estos pasos a mi lado."

En abril se fue a Holanda a trabajar, vino a visitar a su madre en julio y pasamos un fin de semana increíble, hasta que volvieron los celos el sábado por la noche. 

El día de mi cumpleaños en el hospital mientras esperaba noticias sobre la operación de mi padre me llamaste y tus celos saltaron por encima de cualquier necesidad orgánica y vital. Me aplastaste. Fin.

Hemos intentado ser amigos, pero se mezclan las esperanzas, las ganas y el amor a modo enredadera italiana, retorciéndose entre la enmascarada amistad y las confesiones más intimas y se nos paralizó la vida. Hablamos de vernos para tomar un café y cada uno a su estilo se escondió debajo de la tierra. 

Siempre me acuerdo de ti cuando veo dos mariposas en el campo jugando y persiguiéndose. Estás ahí. Y lo estarás siempre, rubito.


domingo, 31 de mayo de 2020

A punto

D, en una terraza con su té, ha empezado a hablar algo que dice que le pone muy triste. Digo “que dice” porque nunca le ha cambiado el rostro, nunca. Podría estar relatando las instrucciones de uso de una lavadora recién comprada, la cara seria la misma. Pero hoy ha pasado algo extraordinario, se le ha arrugado toda la cara, pero no con arrugas de esas que denotan experiencia, eran pliegues, eran el resultado perfecto de intentar contener las lágrimas con todos sus músculos de la cara, y movía rápido la cabeza como diciendo “fuera, fuera!”. Y de repente he visto cómo por primera vez estaba a punto de llorar. Ha sido la ternura que todo lo cura. Por fin le he visto. 

-Me ha encantado esa cara que has puesto.
-Ves, no soy tan robot cómo te piensas.
Le he abrazado y me he sentido más cerca de él que nunca.
-Yo tengo muchos sentimientos dentro.

¿Lo se, pero porqué ahí escondidos? Y, ¿sabes?, verte ha sido precioso, no sé porqué me privas de tanta belleza. 



viernes, 10 de abril de 2020

La trucha y el trucho

Y después de tragarme una buena dosis de series para chicas, me quedé tan aliviada con uno de los finales, que me decidí a hacerlo. Me levanté de la cama y fui al despacho, allí estabas con mis cascos de publicidad barata iluminado por la pantalla de ordenador, muy guapo, demasiado quizás, pero iba decidida a hacerlo, y me quedé allí de pie al lado, me miraste, me retorcí, me sonreí, y mi pelo se balanceó al ritmo de mis caderas, suavemente, y abrí los brazos, entendiste enseguida lo que quería. Te resististe un poco, pero al final alejaste la silla del escritorio y me dejaste sentarme en tus rodillas. Es donde mejor me siento, ahí sentada, con los pies colgando. Y seguí con mi plan del principio, era el motivo por el que estaba ahí sentada. 
-“Te quiero mucho, más que la trucha al trucho, como decía mi abuelo”. (Metí esa coletilla para sonar más divertida). La verdad que he estado pensando que no sé porque me contengo, porque me contengo todo el rato, cada vez que lo pienso luego voy y me callo.
- Pues no lo hagas, ¿lo haces porque piensas que me puedo cansar?, no lo hagas, cuanto más mejor y cuando mejor más. (Empezaste a hacer bromas repitiendo esa frase, supongo que para sonar más divertido también, o no). Eres un tesoro.
- Eres un regalo caído del cielo, mi regalo, bueno mejor que caído del cielo, salido de la tierra.
- De la tierra charra.
- Si, como un champiñón.
Te quedaste callado y pensativo.
- ¿Que te pasa charris?
- Nada que hoy he hecho mucho ejercicio y me duelo todo el cuerpo como a ti ayer.
- No te entiendo, bajas muy rápido del mundo del amor a la tierra, demasiado rápido y me quedo como que no entiendo nada, desorientada, no sé si estoy arriba o abajo.
- Será que siempre estoy ahí.
- ¿Ahí dónde?
- Ahí sintiendo eso, cuando uno siente eso está más feliz, da igual lo que pase alrededor, es como si todo te la resbala, tú estás bien, porque tienes ese sentimiento.
- No te entiendo, ¿ese sentimiento?, ¿porqué hablas en general?, no entiendo lo que quieres decir.
- Pues ese sentimiento que se tiene, que te provoca esas cosas.
Me puse muy triste, y se me humedecieron los ojos, pero sólo un poco. 
- Me pone triste que me hables tan en general.
- No se, es lo que sentirá la gente, todo el mundo en general. 
- Pero no entiendo.
- Bueno, sabes que soy torpe hablando, no me sé explicar bien, soy torpe.
- Vale.
Me levanté, hacia un rato que tenía ganas de hacerlo, pero no quería parecer maleducada, y me puse de pie. Le di un beso. 
- Te he enviado un mail.
- Vale!
Salí y cerré la puerta del despacho con una pizca de despecho.

miércoles, 2 de octubre de 2019

D (no empieza por A)

¿Porqué después de recibir el regalo más bonito que nunca me han hecho en la vida todavía dudo si D me quiere? Porque nunca me abrí a nadie de verdad, y eso es un hecho, correlacionado inversamente y significativamente con los gritos que escuchaba en mi casa desde debajo de mi almohada. 
Ahora lo tengo que hacer, porque tengo delante al hombre de mi vida y punto. Porque seguir repitiendo el pedir por pedir y la insatisfacción no me da la gana, y punto otra vez. Y como me dijo Reyes, a veces hay que hacer cosas. Y las estoy haciendo, porque tengo enfrente, bueno ahora mismo a mi lado, a una persona especial, y es suficiente esta palabra, porque no puede haber más florituras, sobran. 

Eres esquivo, y eres valiente, eres cobarde y animoso, te muestras alegre y triste, y no hayas fuera del bien centro y reposo. Yo me desmayo, me atrevo, y estoy furiosa, soy alentada, mortal, difunta y estoy muy viva, áspera, tierna, liberal, humilde, altiva, enojada, satisfecha, ofendida y recelosa.

Y soy incapaz de sentarme contigo y hablarte desde mis entrañas, desde las originales. Y desde las escamas de mi corazón te hablo, te escucho y me callo. 

Te pregunté si querías que nos compráramos la misma camiseta y reíste o sonreíste, y yo sentí que se me rompía el corazón. Acabaste abrazándome en una columna de la tienda más charra y salimos los dos con la camiseta puesta, es amarilla y la sientas muy bien.

A veces hay que hacer cosas.

domingo, 5 de mayo de 2019

24 horas con T

24horas con Timo:
Podría decir que ha sido un agujero en el tiempo, todo se ha parado y hemos sido compañeros, amigos, amantes y desconocidos, todo a la vez.
Hemos hablado, escuchado música y palabras, nos hemos enseñado a besar para 24 horas, nos hemos inventado selvas con serpientes y con leopardos para hacernos unos calcetines, nos hemos penetrado (también con la mirada y con las muecas), hemos hablado con un pájaro, hemos comido gallina y risotto hawaiano (especialidad italiana), hemos leído en francés sobre tus dedos en mi vulva, hemos bebido vino, hemos decidido a quien salvar de las serpientes de Ghana, ha llovido y ha salido el sol, hemos visto una película sobre los amores pasajeros (y ella se tiraba de una terraza), hemos dormido con el espacio justo y necesario, hemos desayunado con el roneo de fondo y nos hemos despedido como si en una semana fuera a pasar lo mismo o como si no fuera a pasar nunca más nada... Estoy hinundada de no sé que muy bien qué... Creo que estoy inundada de mi con ti... Porque he estado muy "agustita" (malditos errores gramaticales de un belga)...
También me has dicho:"Debe de ser muy duro ver cómo tus amigos avanzan y tú tener que estar preocupada de la salud" (con tu acento) y me has tocado el brazo cuando se me cristalizaron los ojos.
¿Por casualidad no te habrás enamorado? Porque me ha quedado un vacío...