martes, 10 de febrero de 2015

El dia del pollo

Hacia días que sentía que tenia un hueso de pollo en la garganta, como atascado, muy bien colocado, no se movía, pero no entraba nada. Me acordé de la película de Mi Chica, Veda también tenia un hueso de pollo atravesado...

Aún así, acepté la invitación de W, y en cuanto tuve pista libre salí volando de casa, era el día del pollo, no podía faltar. Mi camino en furgoneta se debatió entre haz lo, no lo hagas, y me temblaban las piernas, y los pensamientos también.

Ante la pregunta desde el telefonillo, de quien es, respondí mi nombre, y en ese instante de silencio y apertura de puerta supe que lo tenia que hacer.

Ha ocurrido algo fácil de explicar con las palabras: chica sola que va a salir a volar por segunda vez, esta vez con alguna que otra cicatriz que tapa con jersey de invierno y sonrisa, muerta de miedo, pero muerta muerta (sus huesos de la cadera lo demostraban), en una casa que la comía y una ciudad que la callaba y ataba de pies y manos, sin amigos (o muy ocupados y los demás muy lejos), con muchas cajas para apoyarse, eso si, ....  Intentó agarrarse a lo único que tenía en ese momento, su sorpresa, su único tiempo, su labio, su abrazo, su mano, su respiración, su cena, su teléfono, su música, su cine, en fin, todo, en ese preciso instante era todo (así se dieron las circunstancias, que le íbamos a hacer), intentó agarrarse muy fuerte, y se rompió... Eso pasó... Lo rompieron. Se mezcló la necesidad con la libertad...y lo rompimos todo un poco...

También me equivoqué de canción, pensé que sonaba una de Los Secretos, pero yo no soy María, era obvio, aun así tenia miedo de caerme....

Al final lo hice (las dos cosas)...por una lloré y por la otra no...

W me ofreció agua para el viaje y yo cerré la puerta.


Dos horas en silencio a Madrid, dieron comienzo a mi viaje, cuando abrí la ventanilla para coger el ticket del peaje escupí el hueso de pollo.

Aún así, hoy hay mezcla de alivio y echarte de menos, y confieso mis ganas de hacer todas las promesas que dejamos sin cumplir, aunque fuimos dos veces al cine, osea que igual esa vale por dos... En este mismo instante en el que te veo otra vez.

Qué frío hace en mi caja de cerillas nueva.










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